CONFERENCIA LA IMAGINACIÓN SE MANIFIESTA – NEVILLE GODDARD 

26 de octubre 1968 .

Yo digo que la imaginación crea la realidad y, si esta premisa es cierta, entonces tu vida se convierte en lo que hace real la imaginación. Aunque he cambiado las palabras, lo que estoy diciendo no es nuevo. Las Escrituras lo dicen de esta manera: “Todo lo que desees, cree que lo has recibido y lo recibirás”. Esta declaración se remonta a dos mil años, incluso antes de eso, Jeremías cuenta el mismo principio en su historia del alfarero y su barro.

Pero hasta que la imaginación se convierta en parte de tu corriente de pensamiento normal y natural, no actuarás conscientemente. Al igual que respirar, esta conciencia debe convertirse en una parte tan importante de ti, que no girarás hacia la izquierda o hacia la derecha para alabar o culpar a nadie. Cuando conoces esta presencia, no importará si comenzaste la vida con desventajas o en un palacio; como un niño pobre o rico; te darás cuenta de que la vida siempre está exteriorizando lo que estás imaginando.

Sin el conocimiento de este principio, puedes reproducir tu entorno – ya sea agradable o desagradable – por siempre y para siempre, alimentando tu imaginación con lo que dictan tus sentidos. Pero conociendo este principio, tú puedes ignorar el presente y liberado de los llamados hechos de la vida, puedes imaginar el presente como deseas que sea y alimentar tu deseo, en lugar de omitirlo.

Ahora, la imaginación no puede ser observada como vemos objetos en el espacio, porque la imaginación es su realidad. Faucett le da el nombre de “Dios” a la causa del universo, diciendo: “Dios, el creador, es como pura imaginación en nosotros mismos. Trabaja en las profundidades de nuestra alma subyacente a todas nuestras facultades, incluida la percepción, y fluye a nuestra mente superficial menos disfrazado en forma de fantasía productiva.”

Escucha tus pensamientos y escucharás las palabras de Dios. Un pensamiento que no se siente, no produce nada. Pero un pensamiento que produce elementos motores se reproduce a sí mismo. Atrapa a Dios en un momento de un elemento motor como ira; miedo o frustración; siendo felicitado o felicitando; y sabrás lo que sucederá en tu mundo. A menos que, por supuesto, detengas tus pensamientos y los revises. Sin embargo, la mayoría de nosotros no somos conscientes de lo que estamos haciendo, por lo tanto, no observamos al creador. Pero podemos atraparlo mientras fluye en nuestra mente superficial menos disfrazado en forma de fantasía productiva.

Si mientras viajas en el autobús, conduces el automóvil, estás sentado en casa o estás de pie en un bar, escuchas un comentario y reaccionas moviéndote por dentro, tu vida se convertirá en la manifestación de ese comentario. Este principio te libera si estás dispuesto a asumir su responsabilidad. Pero lo asumas o no, de todos modos, manifestarás todos tus elementos motores. Por lo tanto, al final no simpatizarás ni condenarás, sino que simplemente les dirás sobre este principio a aquellos que puedan estar pasando por una experiencia desagradable y, si lo aceptan, deja que el principio trabaje en sus vidas.

La persona promedio en Estados Unidos es cristiana o judía. Pregúntale a cualquiera de ellos si creen que imaginar crea la realidad, y lo más probable es que te den una respuesta negativa. Pero, aunque no lo saben, si creen en Dios, creen en la imaginación. Ellos pueden leer las Escrituras y aceptar las palabras en la superficie, pero su significado no se ha convertido en parte de su pensamiento.

Anoche, por ejemplo, escuché a Billy Graham por primera vez. Aquí había miles de personas en la audiencia escuchando a un coro de mil miembros, cantar la canción “Oh, cómo amo a Jesús”. Ahora, no quiero ser crítico, pero cuando escuché hablar a Billy Graham me di cuenta de que no tenía el más mínimo concepto de Jesús y mucho menos de su segunda venida. Él dijo: “Si Jesús viniera ahora, solo imagínense, no habría más cáncer, no más fallas cardíacas, y no más muerte”.

Billy Graham cree que el cielo está formado por cuerpos de carne y hueso en estados excrementosos. Y tendrían que tener baños allí si no hubiera más muertes. Si aún estuvieras en un cuerpo, eso es excremento. Tendrías que tomar la comida que se te da y tendrías que expulsar lo que no pudieras asimilar. Y, a menos que hayas perdido todo sentido de la vergüenza y hayas vuelto al mundo animal, tendrías que tener un baño. Escuché a este hombre y me pregunté: ¿este es el hombre que fue recibido en la Casa Blanca y recibido por el Papa en el Vaticano? (Por otro lado, el Papa es igualmente ingenuo con respecto al misterio de Cristo). Luego, al final del programa, hubo una solicitud por dinero. Él te daría dos libros que tú no habías pedido. Uno interpretaba la Biblia y el otro interpretaba el primero. Todo lo que tenías que hacer era enviar tu donación a esta simple dirección: Billy Graham, Minneapolis, Minnesota. “Pero”- dijo él – “este programa nos está costando quinientos mil dólares y no tenemos esa cantidad de dinero. Entonces, si estás solo, por favor envía una contribución. Pero si no estás solo, entonces haz una colecta entre todos los que están contigo y envíala.” Esto continúa noche tras noche durante una semana entera. Él es un ser grandioso y maravilloso, pero no tiene idea de El misterio de Cristo.

Ahora, quiero mostrarte a qué me refiero cuando digo que puedes ser exactamente lo que quieres ser. Permíteme comenzar diciéndote que durante los últimos meses me he sentido como el demonio, pero sabía que yo era responsable del infierno en el que me encontraba. El médico me hizo todas las pruebas posibles y cuando lo vi ayer, me dijo yo era un dilema. ¿Sabes qué es un dilema? Es un argumento que presenta dos o más alternativas igualmente concluyentes contra un oponente. En otras palabras, si comienzas suponiendo que cualquier cosa que elijas tu conclusión será incorrecta, tienes un dilema. Puedes usar cualquier cosa como un dilema. Ese soy yo. Mi sangre indicaba una cosa en cierta prueba y lo contrario en otra. Las pruebas solo confirmaron lo que ya sabía: que la causa de mi malestar radicaba en lo profundo de mi alma y no en ninguna causa secundaria, como una tiroides, corazón, hígado, riñón o cualquier cosa fuera de mí.

Yo estoy usando un cuerpo, pero no soy yo. Yo me puse en este cuerpo, el cual me limita. Yo soy su poder operante. No puede ser causal, ya que solo refleja lo que estoy sosteniendo en mi imaginación. Yo no lo estoy justificando, condenando o disculpándome de ninguna manera. Sabiendo que no me sentía bien, cambié mi sentimiento, y cuando volvieron las pruebas (que me había tomado para complacer a la persona que amo), supe que yo era un dilema.

Te pido que asumas la misma responsabilidad. No pasar la carga a ninguna persona, organización, situación o circunstancia, sino descubrir por ti mismo que imaginar realmente crea la realidad. Si la causa de toda la Vida es Dios, entonces Dios debe ser toda imaginación. Y ya que tú puedes imaginar, entonces – como Dios – eres pura imaginación en ti mismo. Si esta premisa es cierta, independientemente de lo que la razón y tus sentidos nieguen, tú puedes imaginar cualquier cosa y hacer que suceda.

Ahora permíteme compartir algunas cartas maravillosas que recibí recientemente. Una señora escribe:

“En julio mi auto necesitaba reparación. Cuando firmé el recibo de crédito acordando pagar el costo de sesenta y dos dólares, imaginé que era un cheque, ya que nunca firmo un cheque a menos que haya dinero en el banco para cubrirlo. Agosto y septiembre pasaron sin solicitud de pago. En septiembre, un hombre se detuvo y, ansioso por vender su casa, me pidió que se la listara. Le dije que ya no estaba en el negocio y le recomendé a mi antiguo corredor. Me olvidé completamente de esto, pero en octubre, justo antes de que llegara el estado de cuenta de la reparación del automóvil, recibí una comisión de referencia de mi antiguo corredor, por un monto de sesenta y ocho dólares, seis dólares más que el costo de la reparación de mi auto”.

Aquí el dinero, como la historia en el sexto capítulo de Lucas, le llegó presionado, remecido y rebosante. Todos en el mundo antiguo tenían una gran bolsa donde se colocaba el grano y se presionaba hacia abajo hasta que se repletaba. Al igual que la docena del panadero, esta señora recibió sus sesenta y dos dólares – y más.

Luego ella dijo: “Desde hace algún tiempo, mi silla favorita ha necesitado una tapicería nueva. Elegir el material y el patrón fue fácil, pero el costo de ochenta y siete dólares tuvo que ser imaginado. Entonces, en lugar de limitarme a una cantidad exacta, simplemente imaginé que mi silla ya estaba tapizada. Mientras estaba sentada en ella, negué su cubierta gastada, y cuando pensaba en ella, mientras estaba en otra parte de la casa, siempre la veía como deseaba que estuviera.

A principios de septiembre, mientras estaba de vacaciones, nuestro vecino sufrió un ataque al corazón. Su esposa, deseando estar con su marido, preguntó si su hijo podría quedarse con nosotros hasta su regreso. Como él y nuestro hijo eran compañeros de juego e inseparables, John se quedó con nosotros durante cinco hermosas semanas, y cuando su madre preguntó cuánto me debía, bromeando le dije: ‘Nada. Pero, algún día, cuando tengas un billete de cien dólares viejo y gastado en tu billetera y no sepas qué hacer con el, puedes dármelo’. Y la señora respondió: ‘Eso es exactamente lo que mi esposo y yo acordamos hacer ‘ y de su billetera tomó un billete doblado de cien dólares y me lo dio. Ese dinero pagó la nueva cubierta de la silla, más trece dólares adicionales.”

Una vez más, vemos que el dinero vino a ella presionado, remecido y rebosante. Cuando aplicas este principio al aparente otro, lo estás aplicando a ti mismo, porque no hay otro. Se nos dice que cuando Job se olvidó de sí mismo en su amor por sus amigos y rezó por ellos, su propio cautiverio fue levantado. Luego, todo lo que aparentemente había perdido, le fue devuelto multiplicado al doble.

Al perdonar a otro, pensando en él como te gustaría que fuera y al convencerte de la realidad de tu acto imaginario, tú lo estás perdonando por lo que él parece ser, poniéndolo en un estado completamente diferente. Haz eso y estarás sustituyendo un concepto innoble por uno noble. Eso es perdón. El perdón pone a prueba la capacidad del individuo para entrar y participar de la naturaleza de lo opuesto. Un sacerdote dirá: Te perdono, pero cuando te ve por la calle, él recuerda lo que fue confesado. Si puede recordar, no ha perdonado. El recuerdo de lo que se hizo o se dijo, debe ser reemplazado por otra cosa, para que lo primero ya no pueda ser recordado.

Si la actual Sra. Onassis sigue siendo la Sra. Kennedy en tus ojos, no la has perdonado, porque todavía la estás viendo en su antiguo estado. Perdónala perdiéndote tanto en la idea de su nuevo estado, que sea todo lo que puedas recordar y no el anterior. Sigue pensando en ella en el estado anterior y la has llevado nuevamente hacia el, ya que solo hay estados externalizados.

Aquí hay otra historia: mi amigo fue a Pittsburgh este verano para visitar a una amiga de la infancia, quien expresó un deseo por un nuevo órgano Baldwin. Ahora, teniendo un órgano económico, mi amigo le dijo que cada vez que se sentara a tocar, imaginara viendo la palabra “Baldwin” al frente del órgano y afirmando que es su modelo de primera línea, y pagado. Ella prometió hacerlo.

El padre de la amiga se había ido de este mundo, y cuando ella recibió un cheque por cuatro mil quinientos dólares de su herencia, lo gastó en las reparaciones necesarias del hogar. Pero cuando llegó otro cheque por la cantidad de tres mil quinientos dólares de la herencia, decidió comprar su órgano. Aunque el modelo de primera línea de Baldwin tenía un precio de cinco mil dólares, le dijeron que saldría a la venta por cuatro mil, además de que le darían una asignación de intercambio de mil dólares por su órgano actual, haciendo el costo total de tres mil dólares. Conviniendo el órgano de sus sueños, aceptó pagar los tres mil dólares y el órgano fue instalado. Sin embargo, una lluvia torrencial provocó la necesidad de sustituir el techo de su casa, la estimación de mil setecientos dólares se retrasó; así que cuando llegó, mi amigo recibió una llamada de su amiga preguntándole por qué el techador había esperado para dar su estimación hasta después de que se comprara el Baldwin. Entonces mi amigo le contó la historia de mi amiga Ann, que vivía en la ciudad de Nueva York.

Ann era miembro de la profesión más antigua del mundo, la de ser una dama de la noche. Ella solía venir a mis reuniones, pero ese día nos encontramos en la esquina de Broadway y la calle 72, donde me contó esta historia: Un día, mientras ella caminaba por una sombrerería, se enamoró de un hermoso sombrero en su ventana con una etiqueta indicando el precio de diecisiete dólares y cincuenta centavos. Al desearlo tanto, ella decidió aplicar este principio, por lo que en su imaginación se colocó el sombrero en la cabeza y, mientras caminaba por Broadway, sintió el sombrero en su cabeza. Ella no miró en la vitrina de ninguna tienda para no desilusionarse; y cuando llegó a casa se imaginó quitándose el sombrero y colocándolo en el estante superior antes de mirarse en el espejo.

Diez días después, una amiga la llamó y la invitó a almorzar. Cuando llegó, la amiga le entregó una caja de sombrero, diciendo: ‘No sé qué me poseyó, pero compré este sombrero y cuando lo traje a casa me di cuenta de que había cometido un error. No me gusta para mí, pero creo que a ti te quedaría bien, Ann. Al abrir la caja, metió la mano y sacó, no un sombrero, sino ‘el sombrero’.

Entonces Ann me dijo: “¿Por qué Dios no me dio el dinero para comprar el sombrero, en lugar de dármelo a través de una amiga?”. Yo le pregunté si se sentía obligada con su amiga, y cuando movió la cabeza diciendo No, le pregunté cuánto solía pagar por un sombrero. Cuando ella me dijo cuatro o cinco dólares, le pregunté si alguna vez antes había comprado un sombrero de diecisiete dólares. Nuevamente, la respuesta fue No, y cuando admitió que debía dos semanas de alquiler, le dije: “Si cuando admirabas el sombrero hubieras encontrado un billete de cien dólares en la acera, ¿habrías comprado el sombrero? Responderé por ti: No, no lo habrías hecho. Habrías pagado el alquiler y quizás hubieras comprado algunos comestibles, pero no habrías comprado el sombrero. Dime Ann, ¿cuánto dinero debe darte Dios para que compres un sombrero de diecisiete dólares? Si te hubiera dado mil dólares, no lo habrías comprado, porque no tienes la costumbre de comprar sombreros tan caros, así que Dios sabe mejor cómo darte el sombrero que deseabas”.

Después de contar la historia, mi amigo preguntó: “¿Cuánto dinero debe darte Dios para comprar el órgano? Tú tienes el órgano porque lo imaginaste. Ahora, aplica el mismo principio para el techo nuevo, ya que la imaginación no te fallará”.

Aquí hay un principio que la dama usó para su órgano, pero cuando se necesitó un techo nuevo, olvidó la fuente de los fenómenos de la vida. La razón entró y le dijo que se había ido todo el dinero de la herencia de su padre. Si la dejas, la razón te quitará este don divino y, de hecho, te dejará pobre. Tú tienes el don de poseer lo que imagines, si eres fiel a lo que has asumido.

Ahora, una señora escribió diciendo: ‘Soñé que estaba en una gran tienda departamental con un querido amigo que aceptó cuidar mi cartera mientras yo compraba. Pero cuando regresé, mi amigo se había ido y mi cartera estaba puesta en una bolsa de papel en el piso. Al abrir la cartera descubrí que faltaban treinta dólares y una pequeña tarjeta que llevo, indicando que soy ministro ordenada de Unity. Me desperté preguntándome por qué alguien querría esa tarjeta “.

La tarjeta contenía el objeto central de la verdad en su sueño. Ella ha pagado las treinta piezas de plata – el precio pagado por la verdad- y ahora ha trascendido cualquier ordenación en este mundo. Agradables como son ‘Unity’ y todos estos grupos, ellos están desempeñando su papel en ciertos niveles de conciencia. Pero esta dama ha ido más allá de cualquier ‘ismo’ creado por el hombre, ya sea Unity, Ciencia Cristiana o Ciencia de la Mente. Todas estas son doctrinas hechas por el hombre, no basadas en la visión. A ella se le mostró que había pagado el precio de Cristo; y la pequeña tarjeta que le dio título a un cierto nivel de conciencia, ha sido eliminada, porque ella ha trascendido el nivel psicológico y ha entrado en el tercer nivel del arca de la vida – el nivel de la visión. Ella ha encontrado a Cristo porque ha pagado el precio.

Permíteme decirte: tú tienes el poder interno para crear cualquier cosa. Deja que las personas sean lo que quieran ser, mientras tú estableces metas para ti mismo. No importa lo que haya sucedido en tu vida o lo que la evidencia de tus sentidos te diga, el poder del universo está en ti. Ese poder es el Señor Jesucristo, cuyo nombre es Yo Soy. Sin embargo, nunca lo sabrás a menos que lo pruebes, porque solo entonces te darás cuenta de que Jesucristo está en ti. Me enseñaron que Cristo estaba afuera, en algún lugar del espacio. Pero yo tomé el desafío y me probé para descubrir que yo soy creativo; que yo creo desde adentro y que mi vida es la manifestación de mis propios actos imaginales. No siempre he sido sabio en mi elección; porque la imaginación siempre está manifestando su estado imaginal y yo he imaginado cosas desagradables, las he cosechado, convirtiéndome en la manifestación de lo que estaba imaginando. Luego me puse más alerta y descubrí que podía atrapar a Cristo cuando él fluía a mi mente menos encubierto en forma de fantasía creativa. Si mis pensamientos fueron el motor impulsador y fueron desagradables, yo sabría qué esperar, a menos que los revisara. Pero fueran agradables o desagradables, yo sabría que los manifestaría.

No envidies a nadie. Si un hombre tiene quinientos millones de dólares, y una chica se encuentra en la cima de la escala social es porque Dios, en ellos, tuvo el deseo y lo está manifestando. Blake tenía razón cuando tituló su maravillosa imagen: “¡Más! ¡Más! es el grito del necio. Menos que Todo, no es suficiente”. Las Escrituras nos dicen:” Todo lo tuyo es mío y lo mío es tuyo”, porque todo lo que Dios es, es tuyo, porque tú heredas a Dios. Él es tu posesión, así que, lo que sea Dios, cuando lo heredas menos que Todo no es suficiente. Pero el grito de “más” es el grito del necio, porque mientras quiera más, nunca tendrá suficiente.

La Sra. Onassis saca de un fondo fiduciario de más de veinte millones de dólares. Pensarías que es suficiente, pero puedes ajustarte a una forma de vida donde no estuviera. Están las demandas de las organizaciones benéficas, además, si deseas ser uno de los diez mejor vestidos de la tierra, debes tener una fortuna para satisfacer ese deseo. No tiene nada de malo. Personalmente no tengo ningún deseo de ser nombrado entre los bien vestidos externamente. Espero estar bien vestido internamente. Espero que mi luz sea cegadora. Espero que mi vestimenta sea tan poderosa que uno no pueda estar en su presencia a menos que esté calificado para estar allí. Y si modifico mi vestimenta para que se ajuste al nivel en el que otro está parado, para que él pueda ver el ser que yo represento, lo hago, pero ciertamente no en el exterior.

Te digo: imaginar crea la realidad. Créeme, porque es verdad. Faucett tenía razón cuando dijo: “El secreto de imaginar es el mayor de todos los problemas a cuya la solución aspira el místico, porque el poder supremo, la sabiduría suprema y el deleite supremo, residen en la lejana solución de este misterio”.

Un amigo mío le envió al Sr. Faucett mi libro y llamó su atención al capítulo titulado “Revisión”. También envió una copia a alguien que era físico en una de nuestras grandes universidades. El físico consideró que, dado que las declaraciones registradas allí no eran científicamente comprobables, el libro no era digno de su biblioteca. Mientras que el viejo caballero, que era filósofo y maestro en la Universidad de Oxford, escribió la carta más dulce, diciendo: “No sé quién es Neville, pero después de haber leído el capítulo sobre la Revisión, como solicitaste, sé que solo pudo haberlo recibido de los hermanos. Nadie más que la sociedad divina podría haber dictado este capítulo.” Aquí había un hombre lleno de elogios por un pensamiento que el científico ridiculizó porque estaba más allá de su alcance.

Te pido que me tomes en serio. La imaginación se manifestará a si misma, así que no te limites por nada de lo que está sucediendo ahora, no importa lo que sea. Sabiendo lo que quieres, concibe una escena que implique que ya lo tienes. Convéncete de su verdad y camina ciegamente en esa asunción. Cree que es real. Cree que es verdad y sucederá. La imaginación no te fallará si te atreves a asumir y persistir en tu asunción, porque tu vida se convertirá en lo que manifiesta la imaginación.

Ahora, puedes saber de alguien que tuvo una asunción, pero murió antes de que se realizara. Puedo decirte: la muerte no termina con la vida. El mundo no cesa en el momento en que tus sentidos dejan de registrarlo. En cambio, eres restaurado a la vida para continuar tu viaje y tus sueños, no realizados aquí, se realizarán allí. No puedes detenerlo, porque la imaginación esta por siempre creando la realidad.

Cuando mi hermano, Lawrence, estaba haciendo su salida de este mundo, le dije a mi cuñada que había matrimonio en el próximo mundo y ella, en un tono muy ligero, dijo: ‘Yo no quiero irme ahora, pero ¿tú crees que Lawrence me estará esperando para que podamos casarnos de nuevo?” Bueno, respondí en el mismo tono ligero, diciendo: “Dios es misericordioso”. Lo dejaré así y tú puedes dar cualquier interpretación que quieras sobre lo que yo he dicho. Pero solo imagina a dos personas que han pasado su vida peleando como perros y gatos, ¿con ganas de perpetuarlo? No. Dios es misericordioso. Realmente lo es. Una vez que hayas experimentado un estado infeliz, tendrías que ser un estúpido idiota para repetirlo. Pero después de la resurrección no hay dar ni tomar en matrimonio, porque tú estás por encima de la organización del sexo, más allá de eso.

Ahora Entremos en el Silencio.

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